Reparto: Chiwetel Ejiofor, Michael Fassbender, Lupita Nyong'o, Benedict Cumberbatch, Paul Giamatti, Brad Pitt, Paul Dano, Sarah Paulson, Michael K. Williams...
Estreno en España: 13/12/2013
Año de producción: 2013
País: EEUU
Para definir el cine del británico Steve McQueen utilizaría dos palabras: sincero y comprometido. El londinense solo tiene tres largometrajes a sus espaldas (y
una más que solvente experiencia en el videoarte). Al igual que hizo con su anterior (y jodidamente buena)
película Shame no se anda por las ramas ni en sutilezas para mostrar lo
que el argumento requiere y eso es muy valiente por su parte porque tampoco en
su opera prima Hunger se queda corto a la hora de mostrar las
consecuencias de una huelga de hambre entre otras cosas.
Pero centrémonos en su actual película, 12 años de
esclavitud es la adaptación de las memorias de Solomon Northup, un hombre negro
que nació libre y que había formado una familia junto a su esposa y sus dos
hijos (todos ellos libres también) pero que en el año 1841 es drogado y vendido
como esclavo dejando atrás su vida
diaria en el Nueva York de la época donde trabajaba de violinista. McQueen fiel a su estilo muestra con toda crudeza los
horrores psicológicos y físicos que se soportaban en aquella triste (y
reciente) etapa de la historia norteamericana. Las localizaciones (reales) donde Solomon pasó su calvario
son un protagonista más y ayudan a que te metas en la historia ya que desde el
principio empatizas con el sufrimiento ajeno. En todas las películas de McQueen
hay sufrimiento, aunque en cada una de las tres por distinto motivo, pero es un sufrimiento
real y palpable a gran escala en todas ellas. La película te mete de lleno en
su desgraciada odisea.
Ahí es donde entra en escena la labor del semidesconocido
(después de esta película ya no lo será, de eso no hay duda) actor inglés
Chiwetel Ejiofor. Ejiofor se entrega en cuerpo y alma para dar vida a Solomon, él es
el protagonista absoluto, es el que lleva la película sobre sus hombros y curiosamente
es uno de los que menos hablan en toda la película, pero con una mirada es capaz de
expresar esperanza, melancolía, rabia, desesperación y demás emociones. Realmente está fascinante pero su celebrado trabajo no le quita su
momento de gloria a un gran número de personajes secundarios que se cruzan en
el viaje de Solomon, todos absolutamente todos están perfectos, desde un odioso
negrero interpretado por Paul Giamatti, un bondadoso pero lleno de
contradicciones y de doble moral terrateniente interpretado por Benedict
Cumberbatch o un despreciable y asqueroso Paul Dano como un sirviente blanco
que solo encuentra entretenimiento y felicidad en hacerle la vida imposible a
Solomon.
Pero hay que destacar especialmente la interpretación de
Michael Fassbender (Fassbender ha hecho todas las películas con McQueen y dios
quiera que sean muchas más) como el tiránico amo de Solomon, un hombre llamado
Edwin Epps que tiene problemas con el alcohol y que se refugia en las injustas
leyes de la época y en las santas escrituras para hacer con sus “propiedades”
todo tipo de atrocidades. Fassbender cumple con creces al interpretar a un tipo
que ninguna persona con sentido común desearía cruzarse en su vida y vuelve a
demostrar por qué es quizás el actor más solicitado del momento. Sería injusto no mencionar la interpretación de Sarah
Paulson como Mary Epps, la mujer del tirano Edwin, es una mujer llena de odio y
rencor que tiene tanta maldad contenida que para mi es el personaje más aterrador
de toda la película.
También es muy destacable la labor de la debutante en el
mundo del largometraje, Lupita Nyong´o, dando vida a la joven Patsey, un
personaje lleno de sufrimiento que no solo le toca lidiar con su condición de
esclava sino que también se convierte en el entretenimiento sexual de su amo
(Fassbender) y de las iras de la mujer de este al comprobar como para desgracia
suya hace más caso a la joven que a ella misma. Brad Pitt se reserva un pequeño papel (prácticamente un
cameo) pero fundamental en el desenlace de la historia. Su importancia en esta
película es sobre todo su labor como uno de los productores de la misma.
McQueen es sincero (lo demuestra una vez más) y aparte de
tener una visión clara sobre la historia demuestra que dirige a los actores tan
bien que saca oro de cada uno de ellos.
Son muchos los que califican esta película como “La
película definitiva sobre la esclavitud en los EE.UU”, yo no lo creo al igual
que no creo que La lista de Schindler sea la película definitiva sobre el
holocausto porque como en la famosa película de Steven Spielberg las dos tratan
de personajes reales que su marcado carácter de biopic les niega la
universalidad que merece todavía ser contada. Aunque esa no es la intención de su
director, él solo quiere contar una historia concreta en un tiempo concreto, pero al igual que la cinta protagonizada por Liam Neeson ésta tiene madera de
clásico porque sencillamente es muy buena.
Fer Cruz
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